Venganza
de Izquierda
"El brigadier hoy está condenado en diez casos en que,
supuestamente, secuestró a personas y,
se supone, las mantiene privadas de libertad hasta hoy.
En otros 56 procesos también se le imputa la misma conducta.
Se ha hecho tabla rasa de la prescripción,
la amnistía y la cosa juzgada
(porque los casos habían sido ya sobreseídos en el pasado).
Pero lo peor es que se ha hecho también tabla rasa
de la verdad y del sentido común.
Se consagra oficialmente la mentira judicial".
Sabemos que en Chile se hace lo que manda la izquierda marxista, porque ella, por doctrina (lucha de clases) es violenta y la gente y el gobierno la temen. ¿Cómo se ha planteado el tema de la educación en Chile? A partir de la violencia de las tomas y los encapuchados. Y así en todo lo demás.
¿Un brigadier (r),
preso político (pues según la ley debería estar libre) quiere presentar sus
memorias? La izquierda no lo permite y llama a escándalo general. Hay que
impedirlo. Se desata una campaña insólita de truculenta propaganda en su
contra, presentándolo como un asesino y torturador. Aparece un extremista, que
fue doble agente y que luego pasó a serlo triple, refiriendo cómo el entonces
teniente Krassnoff asesinó de manera sangrienta a una mujer embarazada. En
pantalla vemos desfilar a una mujer y a un médico que dicen haber sido
torturados por el teniente Krassnoff. Eso es todo lo que sabe el pueblo.
El brigadier hoy está condenado en diez casos en que, supuestamente, "secuestró" a personas y, se supone, las mantiene privadas de libertad hasta hoy. En otros 56 procesos también se le imputa la misma conducta. Se ha hecho tabla rasa de la prescripción, la amnistía y la cosa juzgada (porque los casos habían sido ya sobreseídos en el pasado). Pero lo peor es que se ha hecho también tabla rasa de la verdad y del sentido común. Se consagra oficialomente la mentira judicial. Pues los jueces, los querellantes y los defensores, así como todo el que quiera enterarse, saben que no es verdad que Miguel Krasssnoff mantenga o haya mantenido secuestrado a nadie. Y esa mentira universal, sin embargo, prevalece y a nadie le importa, porque se debe complacer a la izquierda, que es tan violenta.
¿Y quién inició la
lucha armada en Chile? La izquierda. Pero los culpables son los que la
impidieron, no ella, que la desató. Es el mundo al revés.
Yo, hace años, a
instancias de un amigo, sostuve horas de entrevistas con Miguel Krassnoff,
cuando se comenzaron a reabrir procesos ilegales en su contra. Él adquirió
notoriedad por un hecho muy importante: fue autor del hallazgo del escondite
del jefe del MIR, Miguel Enríquez, en 1974, cuando ese grupo armado terrorista
era la fuerza guerrillera más importante del país.
Después de conversar
con Krassnoff, quedaron en mi recuerdo dos afirmaciones que él me hizo: la
primera, que nunca detuvo a nadie, con una sola excepción, si pudiera decirse:
al entrar a la casa donde se ocultaba Miguel Enríquez, y éste murió, tras un
tiroteo prolongado con fuerzas de seguridad, Krassnoff encontró a una mujer
joven herida, la conviviente de Enríquez, Carmen Castillo, a quien tomó en sus
brazos y envió a un hospital; la segunda, que nunca torturó a nadie ni en su
presencia se torturó a nadie. Me explicó: "Yo era teniente y tenía la
misión de interrogar a los detenidos. Comenzaba por poner sobre la mesa mi
credencial, para que supieran con quién hablaban, y luego les pedía antecedentes
sobre los grupos a los cuales pertenecían. Y siempre ellos se explayaron
ampliamente. No necesité ni nunca apliqué a nadie apremio alguno ni eso lo hizo
nadie en mi presencia".
Nunca ha sido condenado
con alguna prueba sólida. Sólo por presunciones. Los jueces de izquierda lo
asignan a la "cúpula de la DINA", siendo que era teniente y entre él
y la citada cúpula mediaban centenares de oficiales de mayor rango.
Krassnoff ha sido
siempre, comprobadamente, un hombre honorable y de vida familiar ejemplar. Cuando
fue comandante de regimiento en el sur por varios años fue muy apreciado por
toda la comunidad local. Su hoja de servicios en el Ejército es impecable.
Pero, por alguna razón (posiblemente por ser de ascendencia cosaca o rusa
blanca, es decir, anticomunista, y haber descubierto el escondite de Enríquez)
la izquierda y sus jueces se han ensañado con él y de hecho parece destinado a
cumplir cadena perpetua por su contribución a la salvación de Chile.
Un ejemplo de esa saña
izquierdista contra él lo viví hace no mucho en carne propia. Una nieta mía
estudió Periodismo en la Universidad Católica y, como parte del material de
trabajo que le dio un profesor, había una publicación donde se señalaba que
Krassnoff había asesinado al cantante Víctor Jara en el Estadio Chile,
agregando que allí era apodado "El Príncipe". Mismo apodo que en
estos días le atribuye un diario digital que reproduce un relato atroz del
doble agente Osvaldo Romo, hoy triple agente, describiendo cómo Krassnoff
habría asesinado por sus propias manos, que habrían quedado manchadas de
sangre, a la presa Diana Arón.
Mi nieta no podía creer
que yo defendiera a Krassnoff, pero yo le demostré que el texto era una falacia
completa, pues él nunca estuvo en el Estadio Chile ni jamás fue apodado "El
Príncipe". Al tiempo de la muerte de Víctor Jara estaba adscrito a la
Escuela Militar y en diciembre de 1973 pasó a ser jefe de seguridad del general
Pinochet. Y nunca fue siquiera procesado en el caso Víctor Jara. Pero las
publicaciones de izquierda lo presentan como su asesino y los profesores de
izquierda de la UC las usaban para lavar el cerebro de sus alumnas.
Un caso típico de
prevaricación, injusticia flagrante y difamación en su contra es presentado por
el abogado Carlos Portales en el libro que se lanzará el lunes: Krassnoff fue
condenado a años de presidio por el secuestro en 1974 del mirista francés Alfonso
Chanfreau. En este caso la justicia francesa, además, ha dictaminado que pedirá
su extradición para juzgarlo allá.
Pero en 1992 la
ministra en visita Gloria Olivares declaró la inocencia de Krassnoff en ese
caso. Uno de los testigos miristas que declaró en el juicio, Eric Zott, expresó
que el uniformado no había tenido participación en él. Luego la Corte Suprema
revisó el caso y lo sobreseyó, pero por amnistía. Los ministros que aprobaron
ese fallo fueron acusados constitucionalmente por la izquierda y uno de ellos,
Hernán Cereceda, fue destituido, con el voto del entonces senador Sebastián
Piñera, que se cambió de bando en esa votación. Pese a todo lo anterior, este
año el ministro Jorge Zepeda volvió a procesar a Krassnoff por el mismo caso
Chanfreau, por mantenerlo secuestrado. Pero en el expediente consta que el
mismo mirista murió en un enfrentamiento con efectivos de seguridad en La
Granja, en 1974.
Está la prueba de
inocencia aportada por Eric Zott (en Chile, donde no hay Estado de Derecho, no
se presume y hay que probarla); están la amnistía, la prescripción, la cosa
juzgada, la verdad de los hechos. Todo confluye a la absolución de Krasnoff.
Pero está preso por ese caso, entre otros similares.
Y se hace un escándalo
porque se publica su biografía, donde se exponen abusos como ése.
Si hubiera estado vivo
Émile Zola, habría escrito otro "J'accusse" como el que publicó en
favor de la inocencia del capitán Dreyfuss. Pero eso habría podido tener lugar
en una época y en un país de mayor moralidad, en que la verdad, la legalidad y
la justicia hubieran merecido respeto, no en el Chile de hoy.