"Pese a las acusaciones, mantengo en alto mi ánimo y mi inquebrantable fe en Dios.
Que todos sepan que soy un cosaco y me siento orgulloso de ello, mismo sentimiento que guardo por usar el uniforme de Oficial del Ejército de Chile.
Soy un Soldado al que han transformado en un perseguido político, pero no en un militar chileno derrotado, ni mucho menos en un cosaco postrado".
En el transcurso de ya varios años, yo con gran preocupación sigo viendo la intensificación de las represiones políticas en relación a los militares en Chile.