Artículo de Hermógenes Pérez de Arce, 3-8-11




                                            "Son procesos escandalosamente ilegales, cuya apertura y tramitación, 
sin embargo, la mayoría de izquierda en los tribunales superiores
 cohonesta sin ningún pudor"





La enésima promesa incumplida del otrora candidato y hoy presidente Sebastián Piñera fue la de poner término a la "puerta giratoria", por la cual circulan los delincuentes. Pues se ha materializado hoy el tránsito por ella a la libertad de 3.700 reos indultados por el Senado a instancias del Gobierno. Justificación: el hacinamiento de las cárceles. ¿Quién pagará el costo? La ciudadanía, que deberá protegerse de ese número de individuos que antes estaban a buen recaudo.
Entretanto, hay numerosas personas que en su vida privada han sido siempre respetuosas de las leyes, pero están presas por motivos políticos. Son los ex uniformados. Se estima que los procesos contra ellos, abiertos y reabiertos en tiempos recientes por jueces de izquierda y por motivaciones políticas y de lucro, llegarán pronto a dos mil.
Son procesos escandalosamente ilegales, cuya apertura y tramitación, sin embargo, la mayoría de izquierda en los tribunales superiores cohonesta sin ningún pudor.
Para muestra, un botón, expuesto en la edición de hoy del diario digital "Chile Informa", por el abogado Carlos Portales, defensor de quien posiblemente sea el más perseguido preso político del Chile actual, el brigadier (r) Miguel Krassnoff.
Él está condenado por el supuesto "secuestro permanente" de un terrorista del MIR, Alfonso Chanfreau, acaecido en junio de 1974 y atribuido a agentes de la DINA.
Pero está probado en el expediente que Krassnoff en ese tiempo no formaba parte de la DINA, entidad a la que se integró a fines de julio de 1974. Luego, no pudo haber tomado parte en la detención de Chanfreau. Pero ha sido condenado por ella.
En 1992 el caso fue investigado por la ministra de la Corte de Apelaciones, Gloria Olivares, quien lo sobreseyó. En particular, a Krassnoff lo declaró inocente. A los demás procesados les aplicó la amnistía y la prescripción.
La sentencia de la ministra fue ratificada por la Corte Suprema, en 1993, pero, respecto de Krassnoff, no ratificó su inocencia sino que también le aplicó la amnistía y la prescripción.
Hay que añadir que, en el mismo proceso, el ex terrorista del MIR de Valparaíso, Eric Zott, traído especialmente de Inglaterra para declarar en contra de los oficiales inculpados, eximió expresamente de toda responsabilidad a Miguel Krassnoff.
En el mismo año 1993, parlamentarios de izquierda acusaron constitucionalmente a los ministros de la Corte Suprema que habían aplicado la amnistía en ese caso. El Senado rechazó la acusación respecto de todos los ministros, salvo uno, Hernán Cereceda (quien acaba de fallecer), pues en su caso el entonces senador de RN, Sebastián Piñera y otro correligionario suyo, "se dieron vuelta" y votaron a favor de la acusación izquierdista, destituyendo a Cereceda. Piñera procuró ocultar la balota condenatoria cuando votó en el Senado, pero sus dedos no alcanzaron a cubrirla por completo y las fotografías periodísticas lo delataron.
Pues bien, hoy día, 18 años después de que la causa sobre Chanfreau fuera sobreseída "definitivamente" por la Corte Suprema en 1993; y 37 años después de los hechos, un ministro de izquierda, Jorge Zepeda, ha reabierto el caso y ha sometido a proceso a seis ex oficiales y un ex suboficial de Ejército (entre los primeros a Miguel Krassnoff) y a un ex oficial de Carabineros.
Así, con pleno conocimiento de la actual Corte Suprema, que ha desatendido todas las presentaciones y protestas del abogado Portales, el juez de izquierda antes nombrado ha pasado por sobre leyes vigentes que establecen la amnistía, la prescripción y la cosa juzgada emanada de un sobreseimiento a firme resuelto en 1993 por la propia Corte Suprema.
Todos los ilegalmente procesados son personas que nunca en sus vidas particulares han contravenido las leyes. Su único delito fue combatir el terrorismo con las armas que se precisa emplear para derrotar este flagelo (y que también utilizan contra él las naciones civilizadas, como lo han hecho los Estados Unidos en el caso de Osama Bin Laden). En el caso de Krassnoff ni siquiera se dio eso, pues no tuvo que ver en la detención de Chanfreau. No sólo le favorece la presunción de inocencia, sino que ésta está probada.
Pero nuestra sociedad tolera impávida tanto la prevaricación de los jueces de izquierda, que mantiene en la cárcel a los presos políticos uniformados, como la simultánea liberación masiva de delincuentes.
Es el sello de la sociedad chilena de hoy: caballeros presos y delincuentes libres. No en vano el auge del delito mantiene en vilo a la gente honrada y está siendo generalizado y llevado al extremo, justamente en estos días, por los grupos más disolventes de la sociedad. Para combatir a los cuales, justamente, la mayoría civil convocó hace 38 años a los mismos uniformados a quienes retribuye hoy con tan imperdonable iniquidad.