Estimados Compatriotas,
Para su conocimiento, hoy el Brigadier Miguel Krassnoff, le envió una carta al Ministro Jorge Zepeda, denunciando los abusos e irregularidades procesales que ha sido objeto por parte de dicho Ministro.
La causa denominada “Caso Chanfreau”, está Prescrita, Amnistiada y Sobreseída total y definitivamente por la Excelen...tísima Corte Suprema de Chile desde año 1993, sin embargo, este Ministro, de menor jerarquía, curiosamente consideró que la causa fue mal ejecutada por los Ministros (Corte Suprema) de esa época y se tomó la atribución de investigarla nuevamente a pesar de ser “Cosa juzgada”.
Definitivamente, NO EXISTE ESTADO DE DERECHO EN CHILE.
Atentamente,
Agrupación Nacional por la Justicia, la Verdad Histórica y el Respeto por el Estado de Derecho en Chile.
Santiago,
10 de Junio de 2013
DEL
BRIGADIER DE
EJÉRCITO MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO
AL
MINISTRO
INSTRUCTOR DE LA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO,
DON JORGE L.
ZEPEDA ARANCIBIA
Presente
Sr.
Ministro:
Días atrás he
sido sorprendido por una resolución suya traducida en una condena de primera
instancia de diez años y un día por mi supuesta responsabilidad en el -también
supuesto- “secuestro permanente” de un terrorista del movimiento subversivo
denominado MIR llamado Alfonso Chanfreau -integrante del Comité Central de la
citada organización clandestina y violentista- situación que se
habría producido en el mes de Junio o Julio del año 1974. (Casi exactamente 40
años atrás)
Antes de entrar
a expresarle mis opiniones al respecto sobre esta anómala
resolución y, para refrescar su memoria, le trascribo textualmente un
extracto de una carta que le envié con fecha 25 de Julio del año 2011,
oportunidad en que me enteré en que Ud. me había procesado por este caso. El
tenor de dicha carta es el siguiente:
Santiago, 25 de
Julio de 2011
“Del
Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko
Al Ministro Don
Jorge l. Zepeda Arancibia
Presente
Se dirige a
US., el hoy Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko, pues una vez más
me he impuesto por la prensa que -por resolución suya- he sido nuevamente
procesado en la causa denominada “Caso Chanfreau”.
Pese a parecer un tanto extemporáneo este procedimiento para dirigirse a
un Ministro investigador e integrante de nuestra Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Santiago y, pese a que conozco perfectamente los procedimientos
que corresponden en estos casos, lo sorprendentemente irregular de esta
resolución vuestra me impulsa a emplear esta también anormal manera de
expresarme directa y personalmente con US., por las siguientes razones, las
cuales me permito suponer que las desconoce y por las que ha resuelto procesarme
nuevamente por este caso:
1.-Esta causa está Prescrita, Amnistiada y Sobreseída total y
definitivamente por la Excelentísima Corte Suprema de Chile el año
1993.
2.-Esta
causa
estuvo a cargo de la entonces Ministra de la Corte de Apelaciones, Gloria
Olivares en Septiembre de 1992, relacionada con la desaparición del terrorista
del MIR de apellido Chanfreau, hecho que se habría producido en Junio de
1974 (Mi destinación –con el grado jerárquico de Teniente de
Ejército- a la Dirección de Inteligencia Nacional se materializó con fecha 01 de
Agosto de ese año).
3.-Las
investigaciones por parte de la mencionada Ministra, entre otros aspectos, se
tradujeron en que yo, ya Coronel, asistí de uniforme militar al palacio de
Tribunales lo que produjo una inusitada cobertura de prensa nacional e
internacional; fui careado con prácticamente todos lo ex terroristas
existentes en Chile, con todo el lumpen asociado a este grupo
violentista y…
4.-Finalizadas las diligencias –que duraron 4 días seguidos, sumando
en total más de 40 horas de interrogatorios continuados y con un promedio de 10
horas diarias- estas concluyeron que yo era inocente, al igual que el Sub
Oficial …
-Elevados los antecedentes a la Excelentísima Corte Suprema, ésta
resolvió dejar sin efecto la convicción de inocencia a la que había llegado la
Ministra sumariante y procedió aplicar la amnistía para los presuntos
inculpados, pese a los esfuerzos e instancias legales en contrario realizadas
por la parte querellante.
5.-Como
la señalada resolución del máximo tribunal del País no fue satisfactoria para la
parte contraria, ésta procedió a acusar constitucionalmente a tres Ministros
de la Corte Suprema , siendo uno de ellos removido de su cargo por parte del
Congreso el año 1993 (Sr. Ministro Cereceda), derivando paralelamente a
invocar que el mencionado violentista era de descendencia francesa, presentando
el caso ante los tribunales de Francia país el cual, increíble e
inexplicablemente, desechó la resolución definitiva de esta causa por parte de
la ECS de Chile; acogió llevar a cabo un proceso en París por este caso
y…..
6.-
Hace un tiempo atrás conversé personalmente con US., en este Centro de
Detención, sobre esta situación, recibiendo como respuesta por vuestra parte
la sorpresa que le causaba que una causa ya investigada, resuelta y finalizada
definitivamente, fuese nuevamente motivo de investigación.
7.- Mi
Abogado defensor, Don Carlos Portales Astorga, también conversó con US. sobre
esta materia, colocando en vuestro conocimiento todos los pormenores antes
enunciados.
8.-Pese
a todos los antecedentes inicialmente detallados y, especialmente, que este caso
fue sobreseído total y definitivamente por la Corte Suprema el año 1993, (Con
escándalos publicitarios nacionales e internacionales incluidos) US.,
-sorpresiva e inexplicablemente- vuelve a procesarme por el mismo
cargo y por la misma causa.
Si todo
lo anterior -a lo menos no es Cosa Juzgada- entonces, Sr. Magistrado,
definitivamente no logro tener ninguna explicación legal, ni procesal, ni de
mínima comprensión lógica para esta tan extraña resolución jurídica vuestra, que
se ha traducido en este tan insólito nuevo procesamiento, salvo que existan
otras razones que mi calificado Abogado defensor y yo desconocemos
absolutamente…
Finalmente, Sr. Ministro, en consideración
a lo precedentemente señalado, me permito manifestarle y solicitarle lo
siguiente:
a.-
Agradeceré tenga a bien tener a la vista los expedientes que se originaron con
motivo del proceso que en Septiembre de 1992 se llevó a cabo en la causa
relacionada con mi presunta responsabilidad en la desaparición del terrorista
del MIR, Sr. Alfonso Chanfreau. Allí se encontrará con la comprobación de todos
los aspectos que le he manifestado en la presente.
b.- Se
sirva estudiar cada una de las diligencias realizadas en dicha oportunidad. En
ellas comprobará que este caso fue exhaustivamente investigado, que el
respectivo proceso judicial efectivamente se realizó y tuvo un desarrollo
pormenorizado que concluyó con su sobreseimiento total y definitivo por parte de
la Excelentísima Corte Suprema, con la destitución de un Ministro de esta Corte
incluido.
c.- Si lo
anterior le continúa mereciendo algún tipo de duda, tengo a su disposición
–para entregárselo a US., personalmente- las respectivas pruebas
audiovisuales (en CD) las que certifican los escándalos publicitarios de esa
época que se produjeron a raíz de este proceso. En ellos US observará, una
vez más, la demostración que esta causa ya fue investigada, diligenciada y
resuelta.
d.-
Teniendo todos los antecedentes previamente expuestos a su alcance, agradeceré
se sirva dejar sin efecto esta tan anormal resolución de volver a procesarme –al
igual que al hoy Sub Oficial Mayor de Ejército, Basclay Zapata,- por esta causa
ya indagada y sobreseída total y definitivamente por el máximo Tribunal de
Justicia de Chile.
e.-
Me
permito solicitar también a US que este documento lo considere como mi única
información adicional que le haré entrega en cuanto a esta anormal situación
jurídica se refiere y relacionada con esta causa específica, por no tener nada
más que agregar al respecto..., le saluda atentamente,
Fdo.)
Miguel Krassnoff Martchenko Brigadier de Ejército”
Sr.
Zepeda:
Teniendo
a la
vista lo detallado en el extracto de la carta precedente y los antecedentes que
Ud. expone en el documento que me comunica la referida sentencia, le manifiesto
lo siguiente:
1.-
La
transcrita carta nunca tuvo una respuesta por parte suya ni para mi abogado, ni
menos para mí.
2.-
Analizado el documento en que me anuncia su extraña e irregular
resolución condenatoria sospecho que Ud. se limitó a “copiar y pegar” los
detalles del proceso que se llevó a cabo el año 1993, pero curiosamente citando
solo los antecedentes y dichos de los propios querellantes, omitiendo
-casual o intencionadamente- todos los detalles referidos a mi
favor que fueron varios y muy contundentes.
3.-
En el
mismo documento Ud. efectivamente cita resumidamente que la citada causa fue
sobreseída total y definitivamente por el más alto tribunal de la
República.
Pero, a continuación y latamente, hace un verdadera
apología basada en resquicios aparentemente jurídicos -formula de tristes
recuerdos del pasado- en la cual justifica lo injustificable para demostrar que
dicha resolución de la Excelentísima Corte Suprema de Chile de esa época fue mal
ejecutada y que, sobre la base de ciertos criterios internacionales de absoluta
inaplicabilidad en el plano nacional, Ud. la deja sin efecto ofendiendo,
descalificando y desautorizando de paso a los distinguidos magistrados
componentes de ese Alto Tribunal para finalizar justificando esta su absurda,
ilegal, inconstitucional e inaceptable resolución condenatoria.
Además
Ud., cierra esta resolución otorgándoles a los querellantes el beneficio de
recibir multimillonarios montos de dinero, con cargo al Estado de Chile.
Esto me
parece grotesco y de absoluta inmoralidad, pues en el contexto de las
trágicas situaciones que debimos enfrentar los miembros de las
Fuerzas Armadas y de Orden hace 40 años atrás, somos nosotros y nuestras
familias las reales víctimas de la barbarie violentista de aquella época y no
precisamente los que hoy Ud. premia tan benévolamente.
Este
punto, Sr. Zepeda, es una burla y ofensa inaceptable ante el sacrificio de
tantos civiles y militares que entregaron sus preciosas vidas y sus destinos en
aras de la libertad, dignidad y paz de la sociedad chilena toda y frente al
estoico y silencioso inconsolable dolor de las familias de cada uno de ellos.
4.-
Ud.
jamás
se dio
el trabajo de consultarme algo al respecto de esta acusa para, por lo menos,
ratificarle mis declaraciones anteriores. Acepto que en la carta transcrita le
indico que no tengo nada más que agregarle en esta causa, pero con el bien
entendido que Ud. tendría la mínima predisposición de aceptar los antecedentes
que en la misma misiva coloco a su disposición para resolver en justicia este
vergonzoso caso.
Como
hizo caso omiso a lo que yo le aporté en esa oportunidad, obviamente le
correspondería haber realizado por su parte una mínima diligencia.
5.-
Una vez
más y, al igual que la mayoría de sus colegas que tienen la delicadísima
responsabilidad de hacer y aplicar justicia en los mal llamados “casos de
violaciones a los derechos humanos” en los cuales me han involucrado
-refiriéndome a mi caso personal y al de mis subalternos de la época- Ud.
demuestra una notable parcial inclinación y sensibilidad para dar crédito a las
falsedades y absurdos dichos que manifiestan los participantes de la parte
querellante pero ninguna similar seria atención presta a mis descargos y a mis
propios dichos, los que se consideran que tienen el mismo valor que los
anteriores.
No me extiendo en aquello que se supone que soy inocente
de estos ridículos e imposibles cargos que pretende inculparme hasta que Ud.
demuestre lo contrario, pues en la práctica y con los ejemplos de ilegalidad e
injusticia como el presente, se ha procedido exactamente al revés.
Le
recuerdo que legalmente los supuestos testigos a los que Ud. les da todo el
crédito de veracidad, son testigos inhábiles por ser parte interesada e
involucrada en los temas a tratar judicialmente, independiente que, en el plano
moral, son también miembros activos, simpatizantes o comprometidos con el citado
grupo terrorista.
Entiendo que esto Ud. sí lo sabe perfectamente. Si es así -como
efectivamente lo es- entonces Ud. premeditadamente está incurriendo en una
gravísima falta de equidad y justicia, incompatible con su cargo y
responsabilidad.
Sr.
Ministro:
Finalizando le repito lo que le remití
poco tiempo atrás a otro colega suyo que se permitió, al igual que Ud., dictar
ciertas resoluciones que adolecían de similares irregularidades como la
presente:
Sobre la base
de las evidencias citadas en el presente documento, permítame rechazar
categóricamente esta espuria resolución condenatoria, agregándole para su
información que vuestro proceder es similar al adoptado por la mayoría de los
magistrados que han tenido injerencia en asuntos denominados “derechos humanos”,
situaciones que -en mi caso particular y en el de mis subalternos de la
época- han adolecido de irregularidades como los expuestas, con el agravante
de hacer caso omiso a las leyes plenamente vigentes en la actualidad y que, en
el evento que hipotéticamente yo fuese efectivamente responsable de los ilícitos
que Ud. se ha permitido inculparme, me favorecen ampliamente al punto que yo
jamás debiera haber sido procesado, ni menos condenado y privado ilegalmente de
libertad como lo estoy hoy, vulnerándose gravemente con este
proceder el Estado de Derecho en nuestra Patria.
Lo anterior, Sr. Zepeda, entiendo que es de
su pleno conocimiento, motivo por el cual también me permito señalarle que con
el presente documento y, después de ser víctima de su abusadora actitud plena de
iniquidad, no espero nada de Ud. ratificándole que tanto mis subalternos de esos
años -por los cuales asumo integralmente mis responsabilidades de mando por
constarme su ninguna vinculación a determinados supuestos delitos-
como yo, somos categóricamente inocentes de todos los cargos que mediante
extraños procedimientos nos han formulado.
Este punto, me impone indicarle que no
aspiro a clemencias, favores, perdones, indultos o dictación de leyes especiales
para conquistar mi legítima libertad; solo denuncio estas arbitrariedades y
exijo -independiente de mi inocencia- que se cumplan, se respeten
y se apliquen las leyes vigentes por parte de nuestros administradores de la
justicia, dentro de los cuales está Ud. para resolver esta colosal injusticia a
la que he sido sometido.
Luego, Sr. Ministro, teniendo a la vista sus extrañas e
inaceptables resoluciones y actitudes, me hago un deber en señalarle que ellas
me permiten consolidar aún más mis convicciones y mantener la fuerza necesaria
para continuar mi inclaudicable postura de lucha por mi más que demostrada
inocencia, por la conquista de mi legítima libertad, por el imperio de la verdad
histórica, por la recuperación del alto nombre y prestigio de la
Justicia y por el irrestricto respeto por el Estado de Derecho en Chile, este
último tan abiertamente vulnerado en la actualidad.
Sin otro particular, saluda a
Ud.,
MIGUEL
KRASSNOFF MARTCHENKO
Brigadier
®
Distribución:
1.- Sr.
Ministro Instructor, Don Jorge Zepeda Arancibia
2.- Sra.
Ministra de Justicia, Patricia Pérez G. (C.I.)
3.- Sr.
Ministro del Interior Don Andrés Chadwick P. (C.I.)
4.- Sr.
Sub-Secretario del Interior Don Rodrigo Ubilla M. (C.I)
5.-
Sr. Pdte. del Tribunal Constitucional Don Raúl Bertelsen R. (C.I.)
6.- Sr.
Contralor General de la República Don Ramiro Mendoza Z. (C.I.)
7.- Sr. Pdte.
de la Corte Suprema de Justicia, Don Rubén Ballesteros C.
(C.I.)
8.- Sr.
Director de Gendarmería de Chile (C.I.)
9.- Sr. Alcaide
de C.C.P. “Cordillera” (C.I.)
10.- Sr.
Abogado defensor, Don Carlos Portales A. (C.I.)
11.-
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