Santiago, 15 de Marzo de 2012
¡CHILENOS!
DE DERECHO Y POR LA LIBERTAD, SON RESPONSABILIDAD DE TODOS NOSOTROS
Estimados Amigos:
El
próximo año 2013 se cumplen 40 años desde que se derrumbó el experimento marxista
en Chile, desastre producido por las incompetencias, irresponsabilidades,
incapacidades e intransigencias de los
dirigentes políticos de la época, pero fundamentalmente por la intención del
gobernante de esos años y de sus partidarios de instaurar un sistema basado en
una filosofía ajena a nuestra idiosincrasia, atea y opresora que tanto horror
ya había causado en gran parte del mundo.
El Pueblo chileno, después de comprobar los efectos de tal experimento
durante más de 1000 días, no soportó más la violencia, terror, anarquía,
hambruna y opresión procediendo a clamar a los dirigentes políticos opositores
a tales intenciones a dar por finalizado –inmediata y abruptamente- el citado
ensayo de instalar a esta nuestra Patria dentro de la órbita del comunismo
internacional.
Nuestros dirigentes
y autoridades, tanto Legislativas como Judiciales de esos años, declararon
públicamente la incompetencia y la ilegalidad del gobierno de turno,
procediendo a exigirle a nuestra Fuerzas Armadas y de Orden su inmediata
intervención para devolver a Chile la
normalidad y paz social; el fin del terrorismo y la recuperación de la dignidad
y libertad de nuestro Pueblo; es decir de todos nosotros.
Lamentablemente todo lo exigido se debió enfrentar en forma cruenta, básicamente por la existencia de organizaciones terroristas de extrema izquierda que actuaron con particular violencia; criminalidad y empleo irresponsable de sofisticado material bélico, movimientos violentista cuya existencia organizacional databa desde los años 1964. Pese a lo anterior, la misión impuesta a nuestros Institutos Armados, se cumplió con ejemplar cabalidad, pudiendo hoy en día todos nosotros, vivir en relativa paz, democracia y proyectar a nuestros hijos y a los hijos de ellos a un futuro promisorio.
Lamentablemente todo lo exigido se debió enfrentar en forma cruenta, básicamente por la existencia de organizaciones terroristas de extrema izquierda que actuaron con particular violencia; criminalidad y empleo irresponsable de sofisticado material bélico, movimientos violentista cuya existencia organizacional databa desde los años 1964. Pese a lo anterior, la misión impuesta a nuestros Institutos Armados, se cumplió con ejemplar cabalidad, pudiendo hoy en día todos nosotros, vivir en relativa paz, democracia y proyectar a nuestros hijos y a los hijos de ellos a un futuro promisorio.
El resto de la
historia es conocida por todos los chilenos. ¿Por qué este preámbulo? Porque ya
muy cerca de cumplirse 40 años de los sucesos antes citados, todavía no existe
una sincera y real voluntad de reconciliación en nuestra sociedad manteniéndose,
ficticia e intencionadamente, una herida aparentemente incurable, siendo
fomentado su continuo sangramiento por los mismos que cuatro décadas atrás nos
llevaron al desastre y a la situación más trágica y vergonzosa de nuestra
orgullosa historia republicana y democrática. ¿Quiénes?: Los seguidores de aquella mencionada
filosofía y que hoy ha sido felizmente aventada y rechazada por la humanidad
por ser inservible, falsa, tiránica y comprobadamente opresora de los derechos
más básicos de todo ser humano.
Hoy, nos
enfrentamos a un escenario que escandaliza y perturba la conciencia de
cualquier conciudadano que sea honesto con la realidad de nuestra historia
reciente y que, sin duda, es la gran mayoría de nosotros, los chilenos. ¿Qué
escenario es este que repudia nuestra intimidad y nos hace sentirnos cómplices
por nuestro silencio y pasividad? El muy evidente, muy conocido y muy
recurrente en nuestros medios informativos cuando de explotar tendenciosamente
temas de derechos humanos se trata.
Es
impresentable que miembros de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, que
cumplieron con su misión -exigida e impuesta- y su juramento de exponer sus
vidas por defendernos de amenazas externas e internas, que fueron testigos
presenciales de asesinatos a sangre fría de sus camaradas y civiles inocentes a
manos de individuos nacionales y extranjeros integrantes de los grupos
terroristas antes mencionados, que se
vieron obligados a enfrentar a la subversión dentro del siniestro entorno de la
clandestinidad en el cual operaba esta subversión y que lograron neutralizar
esta terrible lacra y amenaza que pendía sobre nuestras cabezas y las de
nuestros seres queridos; a la fecha de hoy, muchos de ellos se encuentran
encarcelados, sometidos a condenas e interminables procesos judiciales.
Ante esta cruel
e incomprensible realidad, hemos querido ejemplarizar en solo un caso, de
muchos, la incongruencia moral de nuestra sociedad, la ilegalidad, la
injusticia, la prevaricación, la arbitrariedad y el irrespeto por las leyes
vigentes y el Estado de Derecho que hoy sufren estos miembros de nuestras
Fuerzas Armadas y de Orden-junto a sus distinguidas familias-, sometidos a
juicios espurios; condenas desmedidas y, por sobre todo, sufren por nuestra
pasividad corporativa y desinterés, como sociedad toda, por sus inenarrables
sacrificios y dolores.
¿El
caso? Sin pretender determinadas exclusiones, es el caso del hoy Brigadier del
Ejército de Chile, Don Miguel Krassnoff Martchenko, que en sus años de novel
Teniente, por disposición de la superioridad de su Institución, fue destinado a
combatir el terrorismo. ¿Por qué este caso y no otro de tanto valer e ignominia
como este? Pues porque, después de efectuar todas las indagaciones que este
caso amerita (judiciales, legales, históricas, morales, publicitarias y otras
de similar y profunda seriedad), y especialmente por la salvaje, vengativa e
incivilizada exposición mediática de la que últimamente ha sido objeto su
persona como ninguna otra -hechos que nos han reconfirmado nuestra convicción
por destacar su caso- hemos considerado
que para nosotros efectivamente personifica en su más amplia dimensión la
iniquidad, lo absurdo, lo injusto, lo odioso y lo dramático que hoy viven
muchos de sus pares y subalternos en situación similar a la de él,
participantes directos en la lucha por nuestra libertad y sobrevivencia entre
los años 1973 y 1977.
Ninguna prueba
válida en nuestro ordenamiento jurídico nacional existe contra él y que sea
causal de algún ilícito, proceso o condena, ni menos en contra de sus
subalternos de la época; si eventualmente fuese responsable efectivamente de
algún delito, existen leyes vigentes en Chile que lo benefician y que, arbitraria
e intencionalmente, se omiten para condenarlo y procesarlo; está mil veces
comprobada su inocencia ante los tribunales; leyes tales como la Prescripción , la Cosa Juzgada , el
Principio de Inocencia, el Debido Proceso, La Amnistía y otros
preceptos legales de similar trascendencia que son válidos para todos los
chilenos, pues para él no; ha sido procesado y condenado sin ser interrogado
jamás por el respectivo Juez o Ministro Instructor de alguna causa judicial; le
imputan delitos imposibles, como lo es “el secuestro permanente”, etc. y etc.
Él y sus
subalternos de la época (años 1974
a 1976) conformaban un grupo de uniformados no superior
a las 5 o 6 personas (Cabos y un Sargento)
y cuyos promedios de edad no superaban los 24 años de edad que, convencida
y conscientemente, enfrentaron a cara descubierta a los terroristas de esos
años; fueron distinguidos por su valentía y por su defensa de toda nuestra
sociedad con la máxima distinción que otorga el Gobierno: La Medalla Al Valor; en el
tráfago de los múltiples combates que debieron enfrentar contra elementos
terroristas muy superiores en cantidad y
calidad de armamento, debieron lamentar la muerte de camaradas en
circunstancias particularmente impactantes por el horror de su ejecución por
parte de sus adversarios; en fin, cumplieron con su misión y transcurridas
varias décadas de pronto son citados a tribunales, procesados y condenados con
todas las irregularidades e ilegalidades antes descritas por algunos Jueces
abiertamente prevaricadores, que han basado sus acusaciones exclusivamente
sobre los dichos de los violentistas del ayer, “testigos” comprobadamente
perjuros y debidamente preparados para declarar en contra de este Oficial.
Lo acusan de
torturador; asesino; criminal; etc. y etc. Lo carean con los mismos
delincuentes violentistas a los que enfrentó a cara descubierta y que declaran
barbaridades jamás cometidas por él ni por sus subalternos. Dicen que lo
reconocen porque escucharon hablar de él; dicen que lo vieron en tal o cual
lugar; dicen que lo ubican por su voz, por sus pasos y por su perfume (Sic en
expedientes judiciales). Él se defiende con las poderosas armas que significan
su inocencia y su absoluta tranquilidad de conciencia; defiende vehemente a sus
subalternos; asume integralmente sus responsabilidades de mando en su condición
de Teniente de la época y rechaza categóricamente cada una de las espurias
acusaciones.
A partir del 28 de Enero de 2005, es
condenado y se encuentra privado de libertad hasta la fecha en el Centro de
Cumplimiento Penitenciario “Cordillera”, sin tener una mínima explicación a las
arbitrariedades, iniquidades, prevaricaciones, ilegalidades e injusticias a las
que lo han sometido. Pese a todo,
está tranquilo. Encara con valor, honor, ejemplar dignidad y firmeza esta
situación, desarrollando una intensa e inagotable lid por conquistar su
legítima libertad, por la verdad, por sus mil veces comprobada inocencia y por el
cumplimiento de las leyes vigentes que para él, en forma intolerable, le han sido
sistemáticamente negadas.
Con esto, claramente se deduce que este
Oficial militar no necesita de favores, perdones, indultos, misericordias o
leyes especiales para vivir en paz y libertad, libertad que jamás debió haber sido
conculcada. Solo necesita que se respeten las leyes vigentes.
Podríamos escribir
páginas y páginas sobre este caso que corroborarían cada una de las situaciones
antes descritas. No es necesario. Ya hay un Libro que lo detalla, titulado
“Miguel Krassnoff. Prisionero por Servir a Chile”, Editorial MAYE y los
siguientes Blogs al respecto en idioma español y ruso:
http://www.miguelkrassnoff.blogspot.com/ (En idioma español)
Estimados
Amigos: Ante esta inaceptable realidad
-que a futuro puede afectar a cualquier
chileno- nos hemos propuesto el objetivo de aunar
todos los esfuerzos posibles para la obtención inmediata de la libertad de este
distinguido Oficial de nuestro Ejército y hemos realizado acciones en esa
dirección. Pero ello no basta.
Si Ud. (s) comparte nuestra causa y asume que
como ciudadano chileno lo descrito es una vergüenza nacional e internacional,
que Ud. es parte de los beneficiados con el sacrificio que entregaron hombres y
mujeres como él, que la justicia y el Estado de Derecho debe imperar para todos
nosotros por igual, que mientras existan situaciones como las descritas no
habrá jamás reconciliación, que la hipocresía y la cobardía de aquellos que
debieran haber resuelto esta ficticia sangría social y moral es una realidad de
la cual Ud. no puede ser cómplice, entonces le agradeceríamos vuestra
cooperación para lo cual rogamos que se dirija a la siguiente dirección: verdad.historica@yahoo.com
indicando: Sí, Comparto.
Una vez recibida vuestra conformidad para
sumarse a esta cruzada y sacudirse de esta inercia y pasividad ante tan
flagrante y evidente irregularidad que hoy se vive en Chile, le enviaremos las
respectivas sugerencias mediante las cuales Ud., en forma muy simple, pero
decidida, podrá concretar su inquietud y lograr nuestro Objetivo: Libertad para
el hoy Brigadier del Ejército Miguel Krassnoff.
De esta forma,
lograremos -de una vez por todas- el inicio de la restauración del imperio
de la Justicia ,
del respeto al Estado de Derecho en nuestro País y del cumplimiento del público
compromiso del actual Sr. Presidente de la República de hacer respetar las leyes para todos
los chilenos; injusticia e incumplimiento de compromisos que, como afecta al caso
expuesto, insostenibles de aceptar y
desatender por parte de todos nosotros como integrantes de una sociedad
democrática y civilizadamente organizada.
Les saludan
afectuosamente,
Agrupación
Nacional por la Justicia, la Verdad Histórica
y el
Respeto por el Estado de Derecho en Chile
Respeto por el Estado de Derecho en Chile