Artículo de don Hermógenes Pérez de Arce, de 20-02-12


El Difícil Oficio de Bloguero

"El brigadier (r) Krassnoff me escribe para decirme que, punto por punto, es totalmente efectivo que en su careo judicial con el ex mirista Zott, a comienzos de los '90, éste reconoció que el entonces teniente trataba bien a sus interrogados, cuando tenía la misión de obtener información de los miristas detenidos. Y que era totalmente efectivo que dicho ex mirista, en el careo, había dicho estar estudiando el caso de la familia Krassnoff, en Rusia, para un programa de la BBC de Londres, cosa que Zott ahora niega"




A veces es muy difícil para mí escribir. Ayer no lo hice porque el tema elegido era demasiado arduo. Hoy resolví abordarlo, pero hasta ahora me ha resultado imposible. A la dificultad del tema se añade la que presenta mi "banda ancha móvil" --en el lugar donde estoy es la única disponible-- pues en realidad es angosta y bastante inmóvil. Fuera de Santiago, como estoy, y salvo que escriba muy temprano en la mañana o muy tarde en la noche, y en un lugar alto, se desconecta frecuentemente, se demora en reconectar o se niega en absoluto a hacerlo y, finalmente, pierde lo escrito. Y yo la contraté justamente para cuando estuviera fuera de Santiago. 

Ya lo peor me sucedió hoy pasadas las trece horas. Había hecho un honorable esfuerzo con el tema arduo. Lo tenía casi listo, cuando fui convocado a almorzar, y la banda angosta e inmóvil se negaba a archivar lo escrito. Finalmente, después de larga espera, entre quedarme sin almuerzo y sin escribir, opté por lo segundo. Todo perdido. Siendo que pago la cuenta puntualmente. Y para qué les cuento el recargo en verano, cuando estoy mucho fuera. Pero cuando necesito el servicio, como hoy al almuerzo, no me lo dan. Además, sospecho que me siguen cobrando, porque figuro "conectado" (es decir, el taxi corre), pero no puedo archivar. 

Ahora, a cerca de las cinco, reemprendo la tarea. ¿Me entienden ustedes? Y el tema, como señalé, es difícil. Y hasta aquí no he escrito nada acerca de él, sino que me he limitado a quejarme. Es que en la vida siempre es muy necesario tener a alguien a quien echarle la culpa. 

Bueno, el tema me lo han planteado dos correos electrónicos extensos que he recibido. Uno del brigadier (r) Miguel Krassnoff, prisionero político por haber servido a Chile; y otro del abogado Juan Iturriaga, defensor del coronel (r) de Carabineros Juan Abello.

Estoy archivando lo anterior para que mi banda angosta no se lo "coma". Han pasado varios minutos y parece que se archivó. Prosigo.

El brigadier (r) Krassnoff me escribe para decirme que, punto por punto, es totalmente efectivo que en su careo judicial con el ex mirista Zott, a comienzos de los '90, éste reconoció que el entonces teniente trataba bien a sus interrogados, cuando tenía la misión de obtener información de los miristas detenidos. Y que era totalmente efectivo que dicho ex mirista, en el careo, había dicho estar estudiando el caso de la familia Krassnoff, en Rusia, para un programa de la BBC de Londres, cosa que Zott ahora niega. 

Zott, como se recordará, pues dejé constancia de ello en este blog, me acusó de "faltar a la ética periodística" ante el Colegio de la orden, a raíz de mi comentario sobre la biografía de Krassnoff en que daba cuenta de lo anterior. Un fiscal del Colegio me convocó a las 14 horas de un día de 34° de calor en el quinto piso de un edificio sin ascensor (bueno, había ascensor, pero en él cabían tres y había una cola de diez) y sin convidarme a almorzar, aunque reconozco que me ofreció un vaso de agua.

Bueno, ahora el brigadier (r) confirma la veracidad de mi versión del careo con Zott, que, por lo demás, yo extraje del libro autobiográfico del primero, que esta semana, en su quinta edición, apareció entre los diez más vendidos en Santiago.

He comprobado que, hasta aquí, ya se ha guardado todo lo escrito. Es decir, esta vez no he perdido el tiempo, aunque no puedo garantizar que ustedes tampoco.

En todo caso ¿a quién creerle, a un brigadier (r) del Ejército o a un ex mirista? En la Escuela Militar enseñan a decir la verdad; en el MIR, a ocultarla o disfrazarla sistemáticamente, como lo predicaba Lenin. En sus escritos, magistralmente investigados por Paul Johnson en su "Modern Times", instruía expresamente a los revolucionarios para mentir, cuando ello beneficiara a la revolución.

Pero el brigadier (r), al final de su carta, (de la cual me autoriza para hacer el uso que yo estime conveniente, y que incluiría completa en este blog si supiera cómo hacerlo, cosa que alguna vez supe, pero se me olvidó y con banda angosta inmóvil supongo que será casi imposible,) me dice algo notable: que está hoy mismo volviendo a ser procesado por la desaparición del mirista Chanfreau, causa en la cual, precisamente, tuvo el careo con el ex mirista Zott a comienzos de los '90, y, léase bien: EN LA CUAL FUE ABSUELTO EN PRIMERA Y SEGUNDA INSTANCIA Y TAMBIÉN POR LA CORTE SUPREMA. ¿La cosa juzgada? Bien, gracias. ¡Oh, los jueces chilenos de izquierda!

¿Y cómo podía ser que en 1990 y tantos estuviera siendo procesado por hechos de 1976?

Afortunadamente, el material se ha vuelto a guardar.

Y aquí termino, por hoy, remitiéndome a un artículo del abogado penalista y decano de derecho de la Universidad del Desarrollo, Pablo Rodríguez Grez, que días atrás en la página A-2 de "El Mercurio" hacía ver que en Chile había jueces que sentenciaban contra lo que ordenan las leyes, caso del brigadier (r), y que la Corte Suprema permanecía indiferente ante ello, cuando no, a traves de su sala penal, lo cohonestaba.

Bueno, el otro caso que quería tratar es el de los documentos de la defensa del coronel (r) de carabineros Juan Abello, que evidentemente ya no alcanzo a comentar hoy, pero sí procuraré abordar mañana, si es que la banda "angosta e inmóvil" me lo permite.

Escrito lo cual paso a corregir y archivar, aunque ello me prive del té, lo que va escrito hasta ahora. Espero les llegue.