Carta del Brigadier Miguel Krassnoff a Facebook





PARA LOS RECONOCIDOS Y DISTINGUIDOS AMIGOS DE MI FACEBOOK

Santiago, 10 de Agosto de 2011


A través de mis preciados colaboradores que han tenido la espontánea iniciativa de crear un espacio en este moderno sistema de comunicación, he recibido -con sincera sorpresa y no menor alegría- todos vuestros atentos, cariñosos, afables y emotivos mensajes de aliento y amistad que cada uno de Uds. han tenido a bien enviarme.
Efectivamente, las personas que manejan este sitio, se han encargado de transmitirme rigurosa y oportunamente vuestra gentileza mediante un sistema que ellos, con un esfuerzo admirable, han creado para yo poder acceder a vuestras palabras, conceptos, fotos y opiniones. Les hago este alcance pues en este lugar de mi transitoria privación de libertad, tengo impedido el acceso a Internet, razón por la cual todo este tipo de información lo recibo a través del procedimiento que los encargados de este sitio ya se los han explicado, limitando con ello mis ansias de poder responder personal y directamente a cada uno de Uds. lo que ha significado para mi querida Esposa, familia y para mí este gesto de invaluable motivación con el que Uds. me han distinguido y honrado.
Al leer y observar todos los mensajes, les confieso que mi corazón ha latido con más fuerza que nunca, pues en esas letras y en esas fotografías se me reflejado lo que siempre he mantenido en mi personal concepto traducido en que en nuestra amada Patria continúan existiendo personas de enorme valer, por las cuales valió y vale la pena de enfrentar cualquier tipo de esfuerzos y sacrificios -hasta las últimas consecuencias-  en aras de la defensa de su nobleza, dignidad y libertad.
Soy un Soldado más de nuestro glorioso Ejército de Chile y soy un Cosaco, ambos conceptos estrechamente vinculados a todo el espectro valórico que estimo debe caracterizar a un ser humano que se aprecie de tal, conceptos tales como -entre otros- la Fe, el Honor, el Valor, la Lealtad, el Deber y la Consecuencia en cada acto que uno debe encarar en su vida. En este tema, he hecho esfuerzos por ser congruente con ellos, independiente de mis naturales y múltiples  limitaciones. Sin embargo, pese a estas últimas, aspiro que haya primado mi convicción que todo hombre debe hacer lo que corresponde hacer, más que querer hacer, pues además soy destinatario de severos legados que me imposibilitan haber actuado o seguir actuando de manera contrapuesta a la secuencia valórica antes enunciada.
En efecto, pese a los momentos poco gratos que he debido afrontar junto a mi leal, valerosa, estoica y amada Esposa, hijos y familia toda, derivados de extraños y obscuros procederes generados por ilegales, injustos, hipócritas y vengativos objetivos provenientes de los seguidores de esa atea y criminal filosofía que aterró a la humanidad entera, hoy mi espíritu está alto; la motivación grande; el optimismo a flor de piel; la Fe en Dios más consolidada que nunca y la convicción de haber luchado por una causa más que justa y correcta, intacta.
¿La razón de todo ello?
En primer lugar soy  un Cosaco, por lo que tengo un legado muy serio por el cual responder que me dejaron mis padres y abuelos, antepasados que rindieron sus vidas  a manos de un sanguinario adversario en otras latitudes, razones, causas y terror similares contra los que tuve la misión de combatir en esta tierra chilena por su libertad y dignidad, como Teniente de mi Institución; seguidamente hoy soy un Oficial Superior de nuestro querido e inolvidable Ejército de Chile, por lo que también debo responder en forma muy seria, particularmente en lo que se refiere a nuestra intocable estructura valórica y tradición histórica; a continuación he sido formador de muchos Oficiales y Soldados y Comandante de distinguidos y valientes subalternos, algunos de los cuales rindieron su vida, convencidamente, por las ordenes que en su momento debí emitir y, finalmente, lo que es más importante para mí, soy un esposo, padre de familia y abuelo, maravilloso conjunto al cual, sin ninguna duda, debo responder con el máximo honor, valor, lealtad, amor y fortaleza, pues tanto mi querida Esposa, como el resto de los integrantes de este tesoro familiar con el cual Dios me ha premiado, han sido el factor más trascendental que me ha motivado para estar permanentemente fortalecido física y anímicamente para enfrentar estos períodos un tanto duros que he debido vivir. El irrestricto apoyo y notable actitud demostrada por todos los integrantes de esta mi familia, no me permiten bajo ningún punto de vista ser menos que ellos en ninguno de los aspectos o circunstancias que deba desafiar.
A todo lo anterior, me hago un deber de dejar expresa constancia de la trascendencia que han tenido las permanentes manifestaciones de real y sincero afecto, preocupación, aliento y simpatías demostradas por amigos y conocidos que no han escatimado esfuerzos por expresar su afecto, confianza y cariño, especialmente para mi familia, pues ésta también está viviendo situaciones en extremo angustiosas y dolorosas en sus sensibles corazones.
En este contexto, como si todo lo precedente no fuese suficiente para corroborar las razones de mi actual sincera motivación, resulta que ahora Uds., mis muy respetadas, dilectas y en extremo amables personas, coronan mis sentimientos y gratitud al Altísimo, con vuestra notable actitud al dedicar parte de su valioso y respetado tiempo, para materializar su tan importante aliento para este Soldado que solo ha pretendido cumplir con su deber, conforme la Patria se lo demandó cuando así fue necesario. Me siento orgulloso de ello, pues sumado a lo latamente expuesto, Uds. confirman mi confianza en que esta odiosa e inexplicable ignominia tendrá un fin mucho más temprano que tarde y el bien y la verdad prevalecerán sobre el mal, la intriga, la mentira, la estúpida venganza y la vergonzosa cobardía que hoy campea en tantos importantes estamentos de nuestra sociedad, particularmente porque este hoy Brigadier, no necesita de perdones, indultos, clemencias, favores o leyes especiales para obtener su legítima libertad. Soy, comprobada y categóricamente, inocente de los absurdos, espurios y falsos cargos que me han formulado. Además, solo requiero que se cumplan las leyes totalmente vigentes que hoy existen en nuestra estructura jurídica nacional para acceder a mi libertad, la que jamás debió ser conculcada. ¡Nada más!  
¡Gracias; Mil Gracias a todos y a cada uno de Uds.!  Reitero mi más sincera y grata sorpresa que me ha causado ver todo aquello que Uds. se han esmerado con tanta delicadeza e impactante emotividad en proporcionarme. Les anticipo que reconocí a la gran mayoría de Uds., lo que indica que mi mente aún está en relativas buenas condiciones, pues vuestros mensajes también tuvieron la sensibilidad de hacerme recorrer momentos particularmente hermosos de gran parte de mi vida e incluso de mi niñez. Ruego transmitan estos sentimientos de impagable gratitud a cada integrante de vuestras respectivas distinguidas familias, indicándoles que repito mi reconocimiento a Dios y a toda su Corte Celestial, por permitir que mi familia y yo, contemos con la ternura con la que Uds. nos honrado.
Afectuosamente,
MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO
Brigadier de Ejército